Día 3 de nuestra semana por Florencia, sin duda esta ciudad no deja de sorprenderme. Pasear por sus calles, mezclarse con la gente, ver sus fachadas, esculturas y pequeños comercios ya es un verdadero espectáculo. Esta mañana nuestra clase de italiano, como todos los días, comer y nuevo tour en puente Viejo y el otro lado de la ciudad (cruzando el río Arno). Siempre acompañados de Mauriccio, nuestro profesor, que lo explica con mucho cariño y nos cuenta anécdotas y pequeños secretos de Florencia. En relación con ponte Vecchio nos ha hablado de la familia Médici, de la Segunda Guerra Mundial y como destrozaron todos los puentes salvo este y porqué. Cuento brevemente ambos relatos. Sobre los Médici, nos ha contado como cambiaron el mercado que inicialmente había sobre el puente donde pequeñas tiendas vendían carnes, frutas y verduras por solo joyerías para que no les molestase el olor y fuera el espacio más higiénico cuando ellos pasaran por él a través de una pasarela de kilómetros que construyeron para llegar de un palacio a otro sin mezclarse con el pueblo y si esa pasarela debía cruzar una casa lo hacía.
Como curiosidad también nos ha relatado que en el patio interior del Palacio Pitti organizaban espectáculos recreando batallas navales y llenaban el espacio de agua para que los barcos ¨navegaran¨ de verdad. Sobre el período de la Segunda Guerra Mundial nos ha narrado que fue el único puente que no fue bombardeado pero sí ambos lados de este para evitar que se pudiera cruzar de un lado al otro del río por su historia y belleza. El resto de puentes sí que fueron destruidos y posteriormente reconstruidos reproduciendo los anteriores. Tras todas estas historias también nos hemos colado en patios que escondían bellos jardines y paseado por calles con mucho encanto y menos turísticas. Un momento que he aprovechado para salir del tumulto y tomarme un buen caffelatte relajada en un bonito café.
