30/6/19

EL IES CLARA CAMPOAMOR EN LAS VI JORNADAS DE FORMACIÓN INICIAL DE PROYECTOS EUROPEOS DE ERASMUS+ (KA1) CELEBRADAS EN MURCIA


El IES Clara Campoamor ha asistido al VI Encuentro nacional de proyectos de Acción Clave 1 (KA1): Movilidad para el aprendizaje del Personal de Educación Escolar (KA101) y de Educación de Personas Adultas (KA104), celebrado en el Teatro Romea de Murcia los días 24 y 25 de junio.

La asistencia a estas jornadas de formación inicial era fundamental, ya que nuestro proyecto INTERNACIONALIZACIÓN, INNOVACIÓN, INCLUSIÓN de movilidad de profesorado presentado en la convocatoria 2019 ha sido seleccionado para su subvención y, por ello, estamos de enhorabuena. 
El objetivo de estas jornadas no era otro que el de dar a conocer todos los aspectos relevantes para la gestión adecuada del proyecto a través de las diferentes herramientas informáticas de la Comisión Europea, compartir un correcto enfoque de internacionalización de nuestro centro y ser un espacio de encuentro con todos los beneficiarios del programa en nuestro país, con la Agencia Nacional y con los representantes de las Comunidades Autónomas. Además, estas jornadas han servido de foro de discusión y de contacto a nivel nacional sobre los logros y dificultades en el desarrollo de los proyectos, resolviendo las dudas que coordinadores y representantes legales llevábamos como punto de partida.
Como es habitual, las jornadas organizadas por el Sepie han tenido un sentido práctico y han resultado muy útiles para afrontar el desarrollo del proyecto.




EL IES CLARA CAMPOAMOR, CENTRO KA1 DE ERASMUS+



El proyecto “INTERNACIONALIZACIÓN, INNOVACIÓN, INCLUSIÓN” ha sido una de las seis solicitudes seleccionadas en la provincia de Ciudad Real en la Convocatoria 2019 de Erasmus+ de Movilidad Escolar. Esto significa que nuestro centro, con una larga trayectoria en la participación en proyectos europeos, se va a seguir abriendo a Europa formando a nuestros docentes a través de la realización de cursos de innovación e inclusión en el extranjero, además de la realización de periodos de observación en otros centros escolares europeos.
Erasmus+ es el programa de la UE en los ámbitos de la educación, la formación, la juventud y el deporte para el periodo 2014-2020. El trabajo en los ámbitos de la educación, la formación, la juventud y el deporte puede ser una ayuda importante para abordar los cambios socioeconómicos, los principales desafíos a los que se enfrentará Europa hasta el final de la presente década, y para respaldar la aplicación de la Estrategia Europa 2020 destinada al crecimiento, el empleo y la equidad e inclusión sociales.
A través de este proyecto de un año de duración, que se encuadra en la Acción Clave 1 de Erasmus+, nuestro centro, el IES Clara Campoamor, pretende responder mejor a los retos que plantea la educación de hoy, haciendo crecer a  nuestros docentes para que su formación revierta directamente en nuestro alumnado, en primera instancia, y en toda la comunidad educativa, en general.
De ahí que la razón principal por la que emprendemos este proyecto no sea otra que conseguir los siguientes objetivos generales:
-          Implantar la innovación educativa en nuestras aulas
-          Atender a la diversidad dentro de un modelo inclusivo
- Despertar el gusto, interés y curiosidad por la enseñanza y aprendizaje de lenguas extranjeras de valor global.

- La movilidad e intercambio de alumnos, profesores y miembros de nuestra comunidad educativa con sus homónimos europeos e internacionales.
- La participación y extensión, en los aspectos anteriores, de todos los miembros de la comunidad educativa y local.
- Aprender buenas prácticas en un contexto europeo mediante la movilidad de nuestro profesorado a otros centros educativos.

Así, este proyecto europeo se configura como una herramienta más para alcanzar la internacionalización de un centro insertado en un entorno de gran dispersión geográfica como es el nuestro: el IES Clara Campoamor.

Lucía

18/6/19

Antes de que sea pan. Pósitos y Silos


Durante estos tres cursos estamos desarrollando en el Instituto un proyecto Erasmus K-2 denominado “Our daily bread” (“Nuestro pan de cada día”) junto a otros centros de Alemania, Rumanía e Italia. En el reciente encuentro celebrado en La Solana visitamos el pósito de San Carlos del Valle y vimos la actuación llevada a cabo en los silos (que no los hilos, como se suele decir) de nuestra localidad. Con este motivo desarrollamos seguidamente un poco de historia de estas construcciones.


El pósito de San Carlos del Valle


Los pósitos eran instituciones municipales destinadas a almacenar cereales para su préstamo a los campesinos en época de escasez. Por ello se denomina así a los depósitos o almacenes donde se guardaba el grano.
Aunque su origen data del siglo XVI será en el XVIII cuando se generalicen y alcancen importancia centralizándose su administración mediante la creación de la Superintendencia de Pósitos en 1751, en plena época del Despotismo Ilustrado y de la doctrina económica denominada fisiocracia, que defendía el valor de los recursos naturales como fuente de riqueza, y que propició la necesidad de reformar la agricultura medieval.

Su decadencia se inició con la crisis del Antiguo Régimen a finales del siglo XVIII y, especialmente, con la traumática Guerra de la Independencia. A lo largo del siglo XIX fueron languideciendo conforme se expandía el liberalismo económico y surgieron otras formas de crédito agrícola, básicamente promovidas por la iniciativa privada.

En los pueblos de nuestros alrededores se han mantenido algunos en buenas condiciones, como ocurre en los casos de Argamasilla de Alba o Campo de Criptana.

El caso de San Carlos del Valle es especial pues está relacionado con la fundación real de este municipio. En efecto, la creación de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena favoreció el poblamiento y urbanización de este núcleo en torno a la antigua ermita de Santa Elena. La presencia de nuevos pobladores a los que se incentivó con el reparto de tierras promovió el control por parte de la Corona de la economía municipal. Como nueva población, que se pretendía modélica, se la dotó con un pósito anejo a la iglesia, que si bien ha sido modificado a lo largo del tiempo y usado con distintas funciones (hoy es la sede de la oficina de turismo) mantiene casi íntegra su estructura original.

Los Silos de La Solana

Los silos del Servicio Nacional de Agricultura emergen del conjunto urbano y definen un perfil singular, una imagen que se repite en numerosos lugares de nuestro país. Si en la Edad Media fueron las torres de las iglesias, en los años posteriores a la Guerra Civil las grandes construcciones para el almacenamiento del trigo han definido el perfil urbano en muchos lugares. En el caso de La Solana su “sky line” está claramente definido por ambos elementos, torre y silos.


En 1937, en plena Guerra Civil, se creó el Servicio Nacional del Trigo (SNT), cuya visión era comprar la cosecha de trigo a los agricultores y asegurar así el abastecimiento de la población. Durante la posguerra, la política autárquica de fuerte intervencionismo estatal y la precariedad de los “años del hambre” provocó la construcción de la Red Nacional de Silos y Graneros, una enorme infraestructura estatal diseñada por ingenieros agrónomos asesorados por un arquitecto para las cuestiones estéticas. Su función era recoger el trigo en las zonas productoras y redistribuirlo según las necesidades. Esta Red Nacional llegó a estar formada por 672 silos y 277 graneros distribuidos estratégicamente por las principales regiones cerealistas y asociadas a nudos de comunicación como ferrocarriles, carreteras y puertos.

Mientras el sector del trigo y otros cereales funcionó en régimen de monopolio estatal, los sucesivos organismos estatales agrarios se dedicaron a comprar, almacenar y vender cereales, por lo que todos los silos de la Red fueron muy utilizados. Con la incorporación de España a la Comunidad Económica Europea en 1986, la intervención en los mercados pasa a depender totalmente de la legislación comunitaria y comenzó su decadencia.

En el caso de nuestra localidad, pertenece a una segunda etapa de construcción a partir de finales de los años  cincuenta, con una tipología en serie y de aspecto más sobrio. Todos ellos constan de una torre elevadora, galería superior, celdas de almacenamiento, marquesina y nave anexa, realizados en hormigón y pintado con sus característicos tonos ocres.

Una vez transferidas las competencias desde el Gobierno central a las Comunidades Autónomas, pasaron a ser gestionados por la Consejería de Agricultura que, a su vez, los cedió a los Ayuntamientos, encontrándose la mayor parte de ellos en situación de abandono y progresivo deterioro.

Sin embargo, son elementos de arquitectura industrial vinculados a nuestra historia reciente, concebidos como obras de ingeniería de interés singular y definidores del paisaje urbano. Estas “catedrales del campo” están siendo motivo de un proyecto de arte mural denominado “Titanes”, llevado a cabo por la Diputación Provincial de Ciudad Real en cinco municipios, entre los que se encuentra el nuestro. El resultado estético es ya otra cuestión.