16/10/18

Our Daily Bread. Movilidad en Rumanía

Solaneros por el mundo
Durante siete días del pasado mes de octubre, nosotros, los alumnos de segundo de bachillerato, hemos podido descubrir todo lo mejor de Rumania gracias al proyecto Erasmus+ KA2
Este viaje comenzó el 16 de octubre con un trayecto en autobús hacia Madrid donde cogeríamos un avión que nos llevaría a Rumania, donde nos esperaban nuestras nuevas experiencias, las cuales iban a ser inigualables.
Después de llegar a Bucarest, capital de Rumania nos dirigimos al hotel Rin donde nos alojaríamos una noche antes de ir a Zorleni.

Al día siguiente, desayunamos y fuimos temprano a visitar la capital, la cual nos resultó preciosa. Tuvimos tiempo libre para comer donde quisiéramos, ya que por la tarde teníamos que regresar al hotel para coger el autobús junto con las alemanas y los italianos, con quienes comenzamos a hacer amistad, para llegar a Barlad. Finalmente, llegamos sobre las 23:00.

El 18 de octubre fue nuestro primer día en el instituto de Zorleni : Colegiul Tehnic “Marcel Guguianu”. Nuestra llegada comenzó con la entrega de un trocito de pan típico de Rumanía, una bienvenida admirable. Después, todos los participantes de cada país nos presentamos y explicamos nuestras exposiciones sobre las actividades llevadas a cabo durante este primer año de proyecto cuyo tópico es “Our daily Bread”. Más tarde, seguimos realizando actividades y nos explicaron las tradiciones y costumbres rumanas relacionadas con el pan.  Después, fuimos a Barlad, donde comimos y visitamos un museo. Ya habiendo terminado todas las actividades, los chicos de Rumanía nos llevaron al zoo, cenamos en un restaurante y por último volvimos a casa.


El día 19 de octubre nos levantamos como un día normal para ir al instituto de Zorleni. Estuvimos haciendo un pan típico de Rumanía, después de hacerlo nos subimos al autobús para ir a un antiguo monasterio situado cerca de la localidad de Zorleni. Al llegar al monasterio todos quedamos alucinados ante aquel paisaje tan bonito en las montañas. Vimos como vivían los monjes, las iglesias que tenían e incluso nos invitaron a un almuerzo típico rumano. Al llegar al instituto de nuevo nos prepararon una barbacoa. Fue una tarde genial en la que alumnos y profesores de todos los países bailamos y reímos un montón. El día se acababa y cada uno de nosotros volvimos con nuestras familias rumanas a  casa,


Al día siguiente tocaba hacer la parte más divertida del erasmus, íbamos a pasar el fin de semana en Lacul Izvorul Muntelui, un lago muy bonito de Rumanía. Cuando llegamos allí, nos dieron las llaves de las habitaciones y nos instalamos, pero esto no fue lo mejor del día, más tarde fuimos hacia un pequeño puerto donde montamos todos en un ferri para ver las preciosas vistas que tenía ese lugar. Después de estar allí todo el día llegaba la hora de la cena, fue un momento muy divertido porque hicimos concursos de bailes típicos de los países y concursos de karaoke. Además, los organizadores del erasmus se encargaron de hacer una hoguera para reunirnos todos juntos antes de irnos a dormir.  Fue uno de los días más bonitos y divertidos del proyecto, porque no sólo disfrutamos, sino que aprendimos también cosas típicas de otros países y pudimos disfrutar los unos de los otros.


Esta gran experiencia estaba llegando a su fin, y vuelta a Barlad, pudimos probar los deliciosos dulces típicos de Rumanía, Kürtöskalács; también, disfrutar de un bonito paseo en bote por un lago. Llegamos a casa tarde y nos fuimos a dormir enseguida, ya que el viaje había sido largo y debíamos levantarnos con fuerza para aprovechar al máximo el último día que nos quedaba allí.
El día menos esperado por nosotros había llegado, todo lo bueno tiene su fin. Comenzamos la mañana yendo al instituto, haciendo una serie de actividades que culminaron con unos obsequios, preparados por el instituto de Rumanía, para todos nosotros. Los profesores nos ofrecieron pasar el resto del día con nuestra familia, pero nosotros no queríamos separarnos en ningún momento, por tanto, fuimos a nuestras casas a comer y nos reunimos de nuevo, para pasar el día todos juntos. Finalmente, el día de nuestra despedida llegó, este fue un momento muy duro ya que habíamos entablado amistad con mucha gente y despedirse después de compartir tantas experiencias siempre es difícil.



Por último, llegamos a España, con mil anécdotas por contar, con amigos en distintos países del mundo, con paisajes preciosos que habíamos apreciado y sobre todo con una experiencia mágica que seguramente recordemos el resto de nuestras vidas

   
         ¡La felicidad solo es real
         cuando es compartida!

Trabajo realizado por:
Mª Ángeles Intillaque Gómez-Pimpollo - Manuel Delgado Merino - Ana Candelas Manzano - Gema Lopéz Villanueva-Valencia - David Herreros Sevilla - Julían García de Mateos -Laura Naranjo Lérida