16/10/17

Our daily bread.

Hola a todos de nuevo.
El Clara Campoamor otra vez en acción. Esta vez trabajaremos en un proyecto Erasmus+ junto a Institutos de Rumanía, Alemania e Italia durante tres cursos, a propósito del pan, alimento en torno al cual se han desarrollado una serie de culturas y aspectos que analizaremos desde múltiples puntos de vista. El nombre del proyecto es tal cual reza el título de esta entrada: "Our daily bread".
En primer lugar nos desplazamos a Bitonto, ciudad de la región de La Puglia (Apulia) en Italia. Vía Valencia llegamos a Bari, apenas a 10 kilómetros de Bitonto, y ya del aeropuerto a Bari surge la primera inconveniencia: Carmen, la "profesoresa" anfitriona nos comunica que ha ido a recogernos... Aclarado el entuerto por whatsap, seguimos a nuestro aire. Decidimos desplazarnos a Bitonto puesto que tenemos tiempo para ir y comer a una hora adecuada. Sabíamos que en Bitonto había una fiesta grande, pero lo que vemos nos impresiona. Ya desde el tren vemos un mercadillo enorme, paralelo a las vías del tren, que en principio no relacionamos con la fiesta, una feria con numerosas atracciones al otro lado de la vía nos dice que no se trata sólo de una procesión.
Se venera y celebra una procesión en honor a los Santos Cosme y Damián, hermanos médicos (se les conoce también como los santos médicos). Al salir de la estación nos encontramos con una multitud de gente que se desplaza desorganizadamente, la calle está literalmente cubierta de cera. Tras un corto camino nos adentramos en el centro histórico, las calles se estrechan y retuercen, grandes y antiguas casonas y palazzos se enfrentan en callejones, llegando a tocarse con arcos acá y acullá, cerca del hotel empezamos a oír como unos cánticos que nos recuerdan vagamente a la llamada del almuédano, pero al acercarnos distinguimos claramente como una letanía respondida por los fieles. Precisamente es en nuestro camino hacia el hotel cuando nos topamos con la procesión, nos parece que los penitentes van de espaldas, caminando hacia atrás. No podemos pasar, lo estrecho de la calle junto a la multitud de espectadores y penitentes nos lo impide, así que decidimos dar un rodeo. La prevista vuelta a la manzana no es tal, las calles se convierten en un dédalo que conducen los cánticos de la procesión y nos impide saber de dónde proceden, al final salimos de nuevo a la procesión, apenas a 20 metros de donde decidimos dar el rodeo. Estamos detrás de los santos, dos grandes imágenes en un paso que apenas si se desplaza y a las que toda la gente mira, a pie de calle y desde ventanas y balcones, los acompañantes de los santos llevan cirios encendidos, pidiendo permiso a los miembros de la banda de musica entramos al hotel.
Abanderados y tambores por las calles de Bari, rememorando tiempos medievales...

El hotel a la derecha, con estandartes colorados, los santos en procesión, foto tomada dentro de la formación de la banda de música.

Iglesia y antigua torre defensiva, el arco de globos espera al paso de los santos.

Otro edificio al lado de la iglesia anterior.

Los primeros penitentes que encontramos, la vista de la foto es el sentido de la procesión, tienen que tirar del cirio para poder ir moviéndolo, al arrastrarlo en la calle "pintan" con cera y en cada tirón cae cera derretida bien al suelo, bien sobre el hombro del penitente, algunos de ellos iban casi por completo cubiertos de cera, y muchos de ellos descalzos además.

Aspecto general de la calle al paso de la procesión, al fondo se pueden ver los santos. La letanía se difundía por varios altavoces inalámbricos a lo largo del paso, mucha gente contestaba y se seguía con silencio y respeto.

Buscamos un sitio para comer, donde nos sirven una cantidad de comida abrumadora, y cambiamos de sitio para el café por ver si somos capaces de movernos un poco... El resto de la tarde lo dedicamos a pasear por Bitonto, del que, a estas alturas, conocemos bastante, o al menos el centro. Nos seguimos encontrando con la procesión a ratos y llegamos a la iglesia de los médicos, donde acabarán algo más tarde. Seguimos andando y entramos en un mercadillo enorme, atestado de gente del que hasta nos cuesta salir, ocupa varias calles bastante largas. Al final vamos al hotel donde dormiremos a dejar las maletas y seguidamente, salimos de nuevo para cenar. Después de un agradable paseo nos vamos a descansar. Mañana seguimos.

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