El lunes empiezo el curso en una escuela con un nombre conocido, “Molinos de Viento”, que debe su nombre a la enseñanza del español y origen español de parte de la familia del dueño. Se sitúa en una antigua fábrica en el centro, en una calle donde vivían las personas de las clases bajas en la denominada Golden Age (“Edad de Oro”). Hablando con el director de la academia, me cuenta cómo se construyeron las casas en un lugar donde los cimientos no son muy estables. Algunas casas están inclinadas para aprovechar mejor los espacios, las entradas a las casas son muy estrechas y las escaleras, digamos que mejor tener un número pequeño de pie, porque los escalones son muy estrechos para aprovechar mejor el espacio.
Con grandes ventanales de fondo y radiadores amplios, que luchan por mantener la temperatura adecuada en este tiempo tan frío, comenzamos el curso sobre habilidades del siglo XXI. Utilizamos las nuevas tecnologías, con aplicaciones como Mentimeter, y utilizamos el inglés como idioma de comunicación entre los profesores que compartimos esta experiencia. Concretamente, somos 9 colegas venidos de Croacia, Portugal, Estonia, Polonia y España. La profesora es holandesa, de ascendencia iraní, por lo que la mezcla de culturas creo que va a enriquecer bastante mi experiencia.
Hoy en el curso nos presentamos a través de distintos juegos y damos a conocer nuestros centros de procedencia, compartimos ideas y proyectos que llevamos a cabo. Por otra parte, en el curso de 9 a 2 cada día, vamos a aprender nuevas metodologías, concretamente hoy tratamos la diversidad. A través de vídeos, prácticas, cuestionarios y distintas actividades, reflexionamos en grupo sobre la importancia de hacer que nuestros materiales sean más inclusivos y cómo dar respuesta en nuestros centros a la diversidad cultural, por ejemplo.
Después de varias horas de trabajo y aprendizaje, queda una larga tarde para conocer una ciudad tan interesante como es Amsterdam…
Isabel Pasarón.
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