Empezamos teniendo una idea, pero… ¿cómo la llevamos a cabo? ¿Cómo la aterrizamos?
Para ello, necesitamos seguir una serie de pasos.
Y, por último, la evaluación y análisis.
Y tras la teoría, manos a la obra. Con el objetivo de poner en práctica lo visto en la sesión anterior, el último día creamos grupos de trabajo y posteriormente se expuso el trabajo al resto de compañeros.
Para terminar, realizamos una última actividad antes de la entrega de diplomas: diseñar la escuela de nuestros sueños, una escuela ideal. Y ya sabemos que la utopía tiene una doble función: tanto la de la crítica de lo que de hecho existe, como el proponer nuevas realidades hacia las que tender y construir. Así que con la imaginación como bandera, nos pusimos a jugar, perdón, a crear. “Seamos realistas, pidamos lo imposible”, diría alguno.
Y con el final del curso, ¡llegaron los diplomas!
Y esto… ¡NO ES TODO, AMIGOS!
AMPARO GRAMUNTELL
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