Esta mañana del jueves 24 de noviembre hemos comenzado con una
reunión de coordinación donde se han expuesto los productos que estamos
realizando y debatir la fecha de la reunión de Taranto (Italia). Tras mucho
debate no se tomó ninguna decisión porque varios países tienen días festivos en
las fechas previstas y no era sencillo cuadrar el calendario. Al mismo tiempo,
los alumnos tuvieron una actividad acompañados de un profesor por país.
Por la tarde los que quisimos pudimos asistir a unos baños
turcos. Todo está forrado de mármol y hay agua fría y caliente, sauna y
masajes. El truco consiste en ir pasando por cada uno de esos apartados y se
supone que al final uno sale limpio y relajado con la piel lustrosa y limpia
porque te la restriegan a base de bien.
A Blas y a Juan les propinaron un buen masaje llenándolos de
tonificantes golpes y posturas inverosímiles. Se trataba de un fornido y joven
profesional que les trabajó bien el musculamen y la osamenta. Por su parte, el
masajista de Benito y Juan Alfonso, con más edad y mesura les trabajó con más
dulzura pero no menos eficiencia sus lastimados cuerpos tras una semana
agotadora de Erasmus.
Algo de tiempo libre por la tarde con los habituales paseos
y por la noche la fiesta de despedida. Con el estimulante título de “Bienvenidos a la noche
turca” celebramos una fiesta a la
Erasmus way con entregas de certificados, bailes, cantos y exhibiciones de
cantos y bailes tradicionales del país anfitrión. Los bailes continuaron hasta
altas horas al frenético ritmo de un instrumento que en su intuición musical
Juan Alfonso catalogar como “antiguo violín”.
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