Nos sumergimos en el segundo día de curso en Florencia. Comenzamos con una parte introductoria en la que explicamos cada uno de los lugares que hemos visitado la tarde anterior y lo relacionamos con lo aprendido. Es una buena forma de recordar y seguir aprendiendo.
Después continuamos con la parte teórica de la clase. Hoy toca estudiar a cuatro grandes maestros del Renacimiento: Donatello, escultor cuyo Cristo crucificado vimos ayer en la Santa Croce. Este artista está enterrado en la Iglesia de San Lorenzo, junto a su buen amigo Cósimo el Viejo. Es conocido porque inventó la técnica del “stiacciato” (‘poca profundidad’). El Marzocco de la Plaza de la Señoría (una escultura de un león) es uno de sus trabajos más conocidos. El término se refiere etimológicamente a un león que protege Florencia con la zarpa.
El “David” de Donatello también es una figura clave en la trayectoria de este escultor. Está hecha en bronce y puede verse en el Museo Bargello (mañana lo visitaremos). De ahí vienen los premios David de Donatello, que son los galardones cinematográficos más prestigiosos de Italia.
También hemos estudiado a Masaccio, amigo personal del conocido arquitecto Brunelleschi (creador de la cúpula de Santa María de las Flores). Vivió pocos años, apenas 27, pero entre sus obras más destacadas está la “Trinidad” de la Iglesia de Santa María Novella, que desafortunadamente estaba en restauración. Alberti o Ucello han sido otros de los artistas estudiados en clase.
Una vez vista la parte teórica, hemos pasado a la parte práctica: visitar la Basílica de Santa María Novella, del siglo XV, una de las iglesias más importantes de Florencia. Perteneció a la orden de los dominicos y está considerada Patrimonio de la Humanidad. La fachada de mármol se encuentra entre las obras más importantes del Renacimiento florentino. En su interior destaca la única obra en madera de Brunelleschi: Jesús Crucificado.
Por la tarde hemos continuado empapándonos del arte florentino. Hemos comenzado comiendo en el Mercado Central, muy similar al Mercado de San Miguel en Madrid, con mucha vida y gran variedad de restaurantes. Aquí hemos degustado una focaccia (especie de pan plano cubierto de hierbas y otros productos). Después hemos parado a hacer un descanso en la Biblioteca delle Oblate, para disfrutar de las vistas de la cúpula de Brunelleschi. Finalmente, hemos visto la iglesia del Espíritu Santo, que alberga el Cristo en la Cruz de Miguel Ángel, una obra que te deja literalmente sin palabras.
Para la terminar, nos hemos reunido un grupo de compañeros de la escuela y hemos cenado pizzas al horno de leña, lasagna o pasta fresca. Mañana más y mejor.
