9/10/24

DÍA 9 DE OCTUBRE: MOVILIDAD ESCOLAR EN LA SOLANA DEL LICEO CLASSICO E SCIENTIFICO “FRANCESCO DE SANCTIS”

 


En una mañana que amenazaba viento y lluvia, pero llenos de entusiasmo por aprender y compartir el día con nuestros visitantes italianos, salimos con destino al Parque Natural de las Lagunas de Ruidera.

Debido a la cercanía, el camino se hizo corto. Algunos alumnos aprovecharon para echar una cabezadita y compensar un poco la pérdida de sueño de la noche anterior en la que celebraron los cumpleaños de un alumno italiano y de una alumna nuestra. Al llegar, la típica foto en “el hundimiento”. Todos se asombraron de que en estas llanuras tan castigadas este año por la sequía surgiera un manantial de agua tan potente y cristalina.

Proseguimos nuestra marcha y llegamos al Centro de Interpretación del Parque Natural. Allí nos pusieron el vídeo explicativo de este complejo lagunar tan peculiar. El documental ofrece una información muy completa del entorno natural y de la interacción humana producida, que se remonta a la prehistoria. Después nos hicieron un recorrido por una exhibición donde se recrean los espacios lagunares. También se encuentran imágenes de los animales más representativos y de sus funciones en el ecosistema. Nos resultó muy interesante conocer que hay dos especies muy características del Parque. Por un lado, las náyades, que son unas almejas marinas, que permanecen en las lagunas desde que el mar cubría estas tierras. Han evolucionado adaptándose al agua sin sal y cumplen una función regeneradora de las aguas, pues las filtran de residuos e impurezas. Por otra parte, el murciélago ratonero patudo, que llega a alimentarse de pequeños peces ademas de los insectos. Estos murciélagos cavernícolas son casi endémicos de las lagunas.


Después de tomar un tentempié en el parquecillo que hay junto a las instalaciones, los monitores Carmen y José Luis nos llevaron a realizar una ruta por los miradores y junto al cauce de la laguna. El viento se hacía cada vez más intenso con la llegada a los miradores, pero el esfuerzo mereció la pena. Los colores preotoñales y los matices del agua mecida con fuerza por la tormenta Kirk nos dejaron sensaciones de pureza y vida.


Cansados, pero gozosos por el esfuerzo físico y por los aprendizajes logrados nos volvimos a La Solana donde ya estaban los padres esperando para pasar una tarde llena de aventuras.







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