30/6/16

Movilidad de Ángel Collado a Montpellier

El periodo de formación en régimen de inmersión lingüística en Montpellier transcurrió desde el 16 de mayo a al 21 del mismo mes del 2016.

De una experiencia anterior, por la participación en un programa COMENIUS, sabía que era algo que iba a ser interesante y gratificante, como lo son generalmente todos los intercambios con otros países, únicamente veía como inconveniente el hecho de realizar la actividad en soledad, es decir sin compañeros. Por un lado bien porque la inmersión era total, pero por el otro la cosa pintaba bastante aburrida, nada más lejos de la realdad.

El primer día del curso me encontré con alumnos de los que me separaban como mínimo 25 años de edad con lo que la diferencia generacional era evidente y lo que producía un cierto obstáculo de relación. Claro que esto era consecuencia de haber optado por una formación abierta y por tanto el curso también era abierto, es decir, no era un curso específico de formación de cuatro días si más bien era un curso que debía extenderse a lo largo de varios meses al que yo me incorporé durante el periodo arriba indicado, eso conlleva una falta de objetivos concretos y una adecuación de los contenidos conceptuales y procedimentales.
Yo acudía al curso con el francés aprendido en los 7 años que duraron mis bachilleratos y mi COU y que terminé de realizarlos en el curso 1976-77 y de dos viajes de ocio  a Paris, había transcurrido pues casi 40 años desde mi formación.

Con cierto recelo por la parquedad de mis recuerdos del idioma la verdad es que con el transcurso de los días que yo había recibido una sólida formación gramatical y morfológica y  fui recordando vocabulario y construcciones gramaticales la única dificultad era la conversación que era la parte más débil de mi formación. Los conceptos me fueron fluyendo como por mimetismo y de forma natural me venían a la mente, como desempolvados y casi de forma natural.

El caso fue que al segundo día de estancia ya iba comprendiendo lo que me hablaban aunque todavía me parecía que hablan muy rápido pero comprendí que era cuestión de tiempo el que mi oído fuera despertando y que en cuestión de semanas la comprensión iba a crecer de modo exponencial así como mi soltura para mantener un diálogo con cierta fluidez, cuestión que me produjo una cierta satisfacción, y de paso encontrar justificación a este periodo de formación y un poco a mitigar con ello esos inevitables momentos de soledad.
Montpellier es una ciudad extensa y con un espíritu contemporáneo pero no sólo actual sino a lo largo de su historia que parte de la Edad Media, no es una ciudad que a diferencia de muchas ciudades francesas que tienen un origen muy antiguo. Con esa contemporaneidad  vivieron, viven y vivirán y eso se percibe en la arquitectura que conforma la ciudad, l´Antigone es la prueba más evidente de ello, barrio de edificios neoclásicos diseñado por Ricardo Bofill padre a partir de 1977 para familias humildes, pero es que a continuación  se construyeron barrios con la arquitectura de los años 90 más allá con los de los 2000 y así hasta hoy donde es posible hacer un recorrido por los diferentes estilos arquitectónicos  del siglo XX, el impulso de esta modernidad fue debida a Georges Frêche  alcalde de Montpellier durante 30 años, muy querido por los montpellerinos.

El resultado final fue haber obtenido una grata experiencia, refrescar conocimientos la satisfacción de lograr hacerte comprender en un idioma que no es el tuyo y en definitiva ampliar la capacidad comunicativa ampliando así el entorno personal, desechando puntos de vista anecdóticos y obsoletos.

Para repetir….

Ángel Collado Sánchez

Profesor del departamento de Dibujo

Se acompañan dos fotos tomadas de wikimedia.org




Movilidad a Dublín de Juan Alfonso Maeso

Nuevamente nuestro instituto consiguió ver aprobado un proyecto europeo. En esta ocasión se trató del proyecto Erasmus K1 titulado Formación del profesorado para la conversión de nuestra institución en centro de especialización curricular en plurilingüismo y movilidad transnacional.

Este proyecto se sustenta en la participación de seis profesores del centro en cursos ofrecidos por diferentes instituciones académicas en países europeos, concretamente en Francia, Malta e Irlanda. El plazo de ejecución estuvo comprendido entre el 1 de julio de 2015 y el 31 de mayo de 2016.
Campanile del Trinity College, un espectacular conjunto de edificios de varios estilos arquitectónicos, sede de la más prestigiosa y antigua universidad irlandesa. La entidad organizadora alquiló allí aulas para el curso
Concretamente el curso que yo hice se titulaba CLIL in Dublin: Content and Language Integrated Learning. Se celebró en las instalaciones de una prestigiosa y secular universidad: el Trinity College de Dublín, en pleno corazón de la capital irlandesa, desde el 22 al 28 de mayo de 2016.

Los objetivos del curso eran
.- Crear el mayor número posible de situaciones comunicativas para mejorar la comunicación oral en inglés
.- Mejorar las habilidades lingüísticas para el trabajo en el aula a través de metodología CLIL (acrónimo en inglés de Aprendizaje Integrado de Contenidos y Lenguas Extranjeras)
.- Explorar el potencial de proyectos de trabajo basados en la investigación a través de ideas prácticas para el desarrollo de las clases
.- Intercambiar ideas y materiales educativos con profesores de escuelas de otros países europeos.
.- Conocer aplicaciones informáticas que pudieran ser usadas en el aula

Se pretendía usar la historia, cultura, arte, paisajes… de Dublín e Irlanda en general como contenidos para desarrollar todas esas ideas y proyectos, lo que en el curso se llamaba “Context for Contents”
Emmett Theatre, en el Trinity, lugar donde se desarrollaron algunas de las sesiones
Todos estos objetivos se desarrollaron a lo largo de toda una semana (incluyendo el sábado y el domingo) de sesiones de trabajo de mañana y tarde más visitas a museos y monumentos tanto en Dublín como en otros lugares de Irlanda, concretamente la ciudad de Kilkenny y el asentamiento monástico de Glendalough.
Las personas que impartieron los cursos fueron competentes y comprometidas en su labor, así como el director de proyecto, un emprendedor español, profesor de la universidad de Jaén con grandes dotes de liderazgo y motivación.
Los cuarenta inscritos en el curso se dividieron en dos grupos de 20. Había profesores turcos, alemanes, italianos, portugueses, españoles, eslovacos, suecos, croatas, holandeses, húngaros, franceses y belgas.
Aula en el edificio Aras an Phiarsaigh, en el Trinity College
Debo decir con satisfacción que el nivel medio de los profesores españoles, tanto su dominio del inglés como su capacidad e iniciativa, era bastante satisfactorio.
He usado el gentilicio masculino como convención gramatical pero he de decir que la mayoría de los participantes eran mujeres.

Se nos proporcionó a los alumnos materiales de gran utilidad que puede ser consultado aquí por los interesados en la metodología CLIL y en las ITC orientadas a la enseñanza: enlace a los materiales.

Como conclusión general debo decir que el curso fue una actividad intensa e incluso algo agotadora, pues teníamos muchas horas de clase diarias y además debíamos hacer trabajos en los que aplicábamos los contenidos trabajados en las clases teórico-prácticas.
Observé que tanto profesores como alumnos nos tomábamos en serio la actividad y se notaba que el nivel de compromiso general y participación activa en el curso era grande.
Además de desarrollar nuestras competencias profesionales surgió un ambiente muy amigable entre profesores y alumnos y todos nos tratábamos con respeto y camaradería.
La organización nos proporcionó un listado de participantes con su dirección, nacionalidad y correo electrónico con lo que cada uno de nosotros disponemos de una base de datos para posibles proyectos transnacionales entre institutos europeos.

Hasta aquí la parte académica del curso Erasmus desarrollado en Dublín.

En cuanto al viaje en sí hay que señalar que aunque mi hotel era de tres estrellas al final resultó ser un hotel asaz cutre y deprimente, lo único bueno era su excelente ubicación en el centro más céntrico de Dublín.
Afortunadamente tener a mano una ciudad hermosa y estimulante me hizo olvidar mi triste alojamiento.
Dublín es una ciudad limpia, próspera, dinámica, cosmopolita y con un aire muy “British” incluyendo sus autobuses de dos pisos.
Su clima es maravilloso para una persona como yo que valora el tiempo fresco e incluso frío. Es una ciudad menos lluviosa de los que normalmente se supone.
Dublín tiene unos museos y jardines muy interesantes. Ese clima fresco y húmedo permite la construcción de unos jardines maravillosos con una vegetación exuberante y al mismo tiempo serena y con unos campos de césped con un vibrante color y perfectamente recortado.


Saint Stephen Garden
Desgraciadamente el horario tan extenso de los cursos me impidió visitar algunos museos que cerraban de 5 a 6 de la tarde; aun así tuvimos oportunidad de visitar muchos lugares interesantes, bien dentro del grupo de asistentes al curso, o bien a título individual.

a.- Entre las iglesias destacaría la Catedral de San Patricio, dedicada al evangelizador de Irlanda y la Santísima Trinidad de Dublín o Christ Church Cathedral. Ambas con un depurado estilo gótico muy presente en Dublín y caracterizado por sus sillares de color gris oscuro.
En Kilkenny visitamos la llamada Abadía Negra, que debe su nombre no a que se celebraran misas satánicas si no a que era una abadía dominica cuyos frailes vestían de negro. Estaba recientemente restaurada, especialmente sus espectaculares vidrieras.


Lateral de la Catedral de San Patricio
Sarcófagos antropomorfos en la Black Abbey, en Kilkenny, fueron descubiertos en el curso de trabajos de restauración
b.- Castle of Dublin. Un conjunto palaciego donde siempre ha residido la autoridad política de la isla, desde tiempos de los vikingos hasta la actualidad de la República de Irlanda pasando por los tiempos del dominio británico. Destaca una robusta y antiquísima torre de origen vikingo. En Kilkenny vimos otra muestra de arquitectura gótica civil: el castillo que otrora perteneciera a los Butler o Fitzwalter, enorme y refinado al mismo tiempo y con unos jardines y campos de césped maravillosos.


Torreón de origen vikingo en el Castle de Dublín rodeado de edificios cuatrocientos años más tardíos de estilo gótico
c.- En 2016 se celebra el primer centenario del levantamiento de primavera de los independentistas irlandeses contra el dominio británico. Este acontecimiento está muy presente en la mentalidad colectiva de los irlandeses y la ciudad de Dublín atesora monumentos y estatuas conmemorativas como el Remembrance Garden,  estatuas de héroes de la sublevación en los jardines de Merrion y Saint Stephen y sobre todo el espectacular montaje museístico que incluye recursos audiovisuales en el General Post Office, edificio neoclásico en pleno centro de Dublín y desde donde dirigieron la sublevación sus principales líderes.


Sencillo y emotivo poema pro-independentista en el Remembrance Garden
Estatua conmemorativa a los “héroes” de la independencia en Saint Stephen Garden


Secuencia del espectacular montaje audiovisual que conmemora en el GPO (General Post Office) las jornadas de abril de 1916 cuando algunos dublineses se sublevaron contra el dominio británico

Rebelde irlandés capturado por soldados británicos
En el museo municipal Hugh Lane Gallery se muestran cuadros y otros documentos sobre Roger Casement y el posterior juicio al que fue sometido tras los sucesos de 1916. Quien haya leído “El Sueño del Celta” de Mario Vargas Llosa recordará este singular y activo personaje histórico irlandés.


Detalle del cuadro “El Juicio a Roger Casement” este líder independentista irlandés fue ejecutado por colaborar con los alemanes en la Primera Guerra Mundial para obtener ayuda para la independencia de Irlanda

d.- En el museo arqueológico nacional pudimos contemplar restos de los distintos periodos históricos de la isla. Lo que más me llamó la atención fueron los restos vikingos, la mitificada batalla de Brian Boru, presentado como el primer luchador por la independencia irlandesa, y los misteriosos restos humanos momificados en condiciones anaeróbicas que de vez en cuando se hallan en las turberas inundadas de Irlanda y otros países del centro y norte de Europa.


Tumba de guerrero vikingo con su espada, en el Museo Arqueológico Nacional. Las primeras incursiones vikingas en Irlanda datan de 795
e.- Irlanda fue un país evangelizado por el misionero inglés San Patricio en el siglo V. En Irlanda se conservan restos antiquísimos de asentamientos monásticos. En este viaje visitamos el complejo monástico de Glendalough, enclavado en un paisaje hermosísimo con el característico verdor de Irlanda. En ese paisaje de bosques, prados, montañas, ríos y lagos glaciares se alzan los restos de iglesias y monasterios en un estilo demasiado tosco como para llamarlo románico, pero aun así bello en su simpleza y arcaísmo.


Iglesia del asentamiento monástico de Glendalough

Otro resto más elaborado de este pasado misional de Irlanda es el espectacular y bello códice denominado Book of Kells, que entre otros textos incluye los cuatro evangelios, excepcionalmente bien conservado y considerado uno de los mayores tesoros artísticos e históricos de Irlanda.


Pliego de pergamino del Book of Kells preciosamente miniado
Quien ama la literatura podrá hallar en Dublín la huella de grandes escritores irlandeses como Oscar Wilde, James Joyce, Gilbert Keith Chesterton y Seamus Heaney, incluso se pueden encontrar las ilusorias huellas de Leopold Bloom, el célebre anti-héroe de la novela Ulises de James Joyce.


Estatua de James Joyce
Estatua de Oscar Wilde


Lugar donde Leopold Bloom almorzó en su “épica” jornada en el “Ulises” de James Joyce


Molly Malone, personaje ficticio que aparece en una canción popular que es el himno no oficial de Dublín, Molly es pescadera de día y prostituta de noche, representa las clases más humildes del Dublín tradicional
Aunque las visitas y excursiones realizadas se centraron más en aspectos históricos y artísticos intenté sacar también algún conocimiento científico. Intenté visitar el Museo de Ciencias Naturales, pero cerraba mezquinamente a las 5 de la tarde, cuando aún quedaban casi seis horas para la puesta del sol. Tampoco pude visitar por motivos de horario una exposición de zoología en la facultad correspondiente del Trinity College. Sí alcancé a visitar la Science Gallery del Trinity donde unas simpáticas estudiantes que ejercían de monitoras me explicaron en un inglés incomprensible los últimos avances en cibernética e ingeniería genética aplicada a la agricultura y ganadería. A pesar de mi ignorancia no me privé de darles mi opinión al respecto.
En nuestro viaje a Kilkenny y Glendalough pude ver espléndidos bosques atlánticos con hayas, robles, olmos, abetos, helechos, musgos, etc. y dos lagos de origen glaciar encajados en valles con el característico corte en forma de U.


Bosque de tipo atlántico

Lago de origen glaciar en Glendalough
En cuanto a la geografía humana y económica, resultó muy interesante atravesar la campiña, donde pude ver los jugosos campos de cebada que alimentan la mayor multinacional irlandesa, fundada en el siglo XVIII por Sir Arthur Guinnes y consagrada a la benemérita tarea de fabricar la cerveza homónima; cultivos de colza, y, sobre todo, la numerosa ganadería ovina y bovina que pasta feliz en las ubérrimas praderas. No me extraña que con la liberalización del sector lácteo de la UE la producción y venta de productos lácteos irlandeses esté conociendo un auténtico boom.


Antiguas instalaciones de Guinness en Saint James Gate. Guinness Brewery ha sido durante siglos la mayor empresa irlandesa y la mayor empleadora del país. Tras estas puertas se halla el “Guinness Store House”, un gran y moderno museo interactivo dedicado a esta centenaria empresa y a su producto típico: la cerveza negra

JUAN ALFONSO MAESO BUENASMAÑANAS