Llegamos al último día teórico de clase en la Academia EUROPASS Florencia, pero Antonella, nuestra profesora, nos tenía preparada una sorpresa. Ha hablado con el prior de la Basílica de la Santísima Anunciación para enseñarnos a primera hora de la mañana la Capilla de San Luca, (que está cerrada al público). También se la conoce como “Capilla de los Artistas” porque están enterrados artistas italianos como Cellini, Pontormo, Montorsoli o Lorenzo Bartolini. De una enorme belleza es también el claustro que da acceso a ella.
Al lado de esta Iglesia está el Orfanato de los Inocentes, diseñado por Brunelleschi en el siglo XV. En su extremo izquierdo del pórtico está la “ruota”, un torno de piedra para meter al niño en el edificio sin que se viera al padre. Esto permitía a la gente abandonar a sus hijos anónimamente para que fueran cuidados en el orfanato. Este sistema siguió funcionando hasta el cierre del hospital en 1875. Tras esta explicación hemos subido a la terraza del edificio, donde hay una cafetería, para disfrutar de las vistas de Florencia.
Tras esta parte práctica, hemos vuelto a la academia donde hemos estudiado a Rafaello Sanzio, pintor y arquitecto italiano del Renacimiento. Fue un niño prodigio y cuando quedó huérfano se formó en diferentes talleres de artistas de prestigio. Destacan obras como “La Virgen del Jilguero” que veremos en los Uffizi o “La Escuela de Atenas” que está en los Estados Vaticanos.
También hemos visto el Manierismo italiano, cuyas características son el virtuosismo, su artificiosidad y, al fin, comenzar por un libre diálogo entre forma y significado. Como ejemplos hemos estudiado a Rosso Fiorentino con “El matrimonio de la Virgen” (Basílica de San Lorenzo) o Jacomo Pontormo.
Por la tarde hemos visitado la Iglesia de Santa Felicitá en la que hemos podido disfrutar de la obra del pintor manierista Pontormo,”La Anunciación “ y “El descendimiento”. Aparece la cara del propio pintor en el cuadro.
Para terminar hemos cenado en la Biblioteca delle Oblate, con vistas a la Cúpula de Santa María de las Flores. El día ha sido completo, pero ha merecido la pena.