Escribo estas líneas con cierta inquietud. Escribo porque voy contando lo que vamos haciendo, pero no quiero hacerlo porque es mostrar hechos dolorosos y tristes, demasiado incluso a pesar del tiempo pasado desde que ocurrieran. Desde luego, no hemos disfrutado de la visita, pero hemos visto, aprendido y recordado. Visto las instalaciones destinadas al exterminio, aprendido lo vil y mezquino que puede llegar a ser el hombre tras un ideal y recordado a millones de personas que otras querían hacer desaparecer por completo. Hoy visitamos el campo de concentración más grande de los que usó la Alemania nazi. Auswicht-Bikernau.
Son conocidos los infames llamados campos de la muerte, Auswicht, Mathaussen, Treblinca, Dachau, pero es necesario saber que el régimen nazi instaló muchísimos más campos, no sólo los grandes de exterminio. Era muy frecuente encontrar campos incluso de 30 o 40 personas, utilizados como esclavos para trabajar para el régimen, u otros mayores que decían para reunir a la gente y llevarlos después a los grandes campos de exterminio, normalmente fuera del territorio alemán. Auswicht se erige como campo de exterminio y es aquí donde se prueba por primera vez el infame Ziclon-B (800 prisioneros son exterminados ésta primera vez), tras el éxito de la prueba, se decide construir una cámara de gas más adecuada para poder sacar los cuerpos y un crematorio para deshacerse de ellos. Posteriormente se erige el campo accesorio Bikernau, 20 veces mayor que Auswicht y cuyas cifras son escalofriantes. Sin entrar en datos o estadísticas, se puede decir que se asesinaron allí, al menos un millón cienmil personas.
Las 5:30 en Kazimierz
De camino a Auschwitz
Estirando las piernas en una de las paradas
Elina, Mariana y Ana, de Portugal
Nicolás, Daniela, Adrián y sus alumnos, de Rumanía
Chelo y Liliana
Entrada principal de Auschwitz con el lema Arbeit Macht Frei, título de una novela de 1872 y adoptado como lema en la lucha contra el desempleo en los años 30 por el partido nazi. Theodor Eicke, comandante de las SS, feu quien lo introdujo en los campos. En Auschwitz, la B de Arbeit está al revés, como supuesro acto de protesta por el preso 1010 Ene Liwacz, trabajador de la herrería del campo.
Una de las traducciones más aceptadas es "el trabajo os hará libres", intencionadamente ambigua, los presos podían trabajar para liberarse, y a la vez ese trabajo liberaría al pueblo alemán de todos aquellos que serían eliminados en los campos.
Antes del doble vayado existe la zona prohibida, cualquiera que entrara era disparado inmediatamente.
En un principio, las instalaciones originales del campo, lo que al final sería Auschwitz I, eran edificios cuartelarios del ejército polaco, construído en ladrillo, lo que ha permitido su conservación. Auschwitz es el nombre alemán de la población polaca de
Oświęcim.
Las cifras de " la solución final" nombre con el que se denominó al acto de exterminio de la población judía, y que incluyóa muchas más personas y nacionalidades en pro de una raza aria pura y limpia.
En los barracones se explica cómo los presos, llegados en trenes como ganado eran seleccionados al bajar del tren, sólo los judíos eran seleccionados. En algún tiempo una orquesta tocaba música mientras, si servían para trabajar, al campo, si no, directamente a las cámaras de gas, ancianos, mujeres embarazadas, niños y enfermos.
Lata de Ziclon-B y forma en la que se presenta, su descomposición genera el letal gas que mata por sofocación.
Gafas pertenecientes a los presos. A la llegada al campo eran despojados de todo, para ser reparado y reutilizado.
Túnicas de oración usadas por los rabinos, decomisadas a los presos.
Nada de lo que traían los prisioneros les pertenecía ya a la llegada al campo, cacharros de cocina,
Maletas. Eran obligados a dejarlo todo en el andén, un grupo de presos se encargaban de cogerlo todo y llevarlo a los almacenes donde todo era desvalijado y clasificado.
Muchos niños fueron también asesinados con sus madres.
Cada par de zapatos, una persona, sólo los que se ven en la fotografía impresiona.
Cepillos, peines, brochas de afeitar, eran despojados de todo, incluso el nombre, les era prohibido usarlo.
Algunos de los presos exterminados, en el mejor de los casos duraban 6 meses.
El caso de las mujeres era aún más dramático, la estancia era mucho más corta, en algunos casos un par de meses.
Al principio los presos dormían en el suelo completamente hacinados.
Posteriormente se construyeron literas de tres alturas para poder meter más presos.
Los fusilientos también se usaban como medio de eliminación. Los presos se desnudaban aquí.
Y esto es lo último que veían. A la derecha se pueden ver los postes de los que eran colgados los presos, sujetos por las muñecas con los brazos por detrás, algo que provocaba gran sufrimiento.
El hospital, donde se llevaron a cabo incluso experimentos con los presos.
Torre de vigilancia y señal de advertencia.
Los hornos crematorios, tres en Auschwitz I, en un crematorio, en Birkenau, campo adyacente a Auschwitz, donde se trasladó la actividad se instalaron 5 crematorios con más hornos que en Auschwitz, con lo que la escala del horror alcanzó un nivel inimaginado.
La vaya electrificada del campo. Algunos presos se agarraron a la alambrada para suicidarse.
Tras la visita, hemos comido como hemos podido, en el aparcamiento, mientras decidíamos cómo organizar la visita a Cracovia, a donde llegamos tras una hora larga de viaje.
La barbacana, elemento defensivo de la muralla de Cracovia
La muralla una vez pasada la barbacana.
La barbacana desde la muralla. Servía como bastión defensivo y a la vez, ofensivo, puesto que permite tener preparado un gran número de soldados y jinetes para salir rápidamente, algo que no se podría hacer por la puerta normal, estrecha para facilitar su defensa y con poco sitio por las angostas calles del interior de la ciudad.
Calle principal hacia la plaza del mercado.
Panorámica de la plaza del mercado.
Coches de caballos para un paseo turístico.
Una luz fantástica.
Una de las torres de la ciudad.
La lonja de comerciantes.
Recuerdos de un pasado.
Terrazas, café, sol, perfecto para una charla con amigos o un descanso de la visita turística.
Otra iglesia en Cracovia.
Los tranvías llevan gente de acá para allá.
Cuidadas fachadas dan idea de la clase y distinción de la sociedad de la época.
Interior de la muralla, hoy lienzo donde artistas exponen sus obras.
Nosotros nos vamos y los tranvías siguen trasladando gente.
Vista desde el autobús de regreso al hotel.
Hace mucho tiempo que salimos del hotel, mirad qué caritas traíamos...
Bueno, mañana es el último día, ya os cuento.